Desde entonces, Cáceres se convirtió en nuestro hogar durante los años de universidad, el lugar donde compartimos ilusiones, sueños y miles de recuerdos. Allí crecimos juntos, aprendimos a apoyarnos en los días difíciles y a celebrar cada pequeño logro. Fue el principio de todo: de un amor que creció con nosotros y que hoy seguimos escribiendo.

Con el tiempo, el amor nos llevó a Madrid, donde comenzamos una nueva etapa profesional llena de retos, ilusiones y aprendizajes. Allí crecimos juntos, construimos nuestro propio camino y aprendimos el verdadero valor de acompañarse, de estar el uno para el otro en cada paso, en cada logro y también en cada dificultad. Fue una etapa que nos hizo más fuertes y nos unió aún más.

Nuestra historia también se escribió entre billetes, maletas y destinos compartidos. Cruzamos mares, montañas y horizontes, dejando huellas en cada lugar y llevándonos pedacitos de cada viaje en el corazón. Porque cada aventura fue mucho más que un destino: fue un paso más en nuestra propia historia de amor.

Ahora, después de tantos capítulos vividos, hemos vuelto a nuestras raíces, a Plasencia, la ciudad que nos vio nacer y donde seguimos escribiendo nuestra historia junto con nuestros pequeños compañeros de vida, Grisson, nuestra traviesa coneja, y Vini, nuestro salchicha, el perro más ladrador del mundo.

Lo que empezó con un poco de hielo, en una noche cualquiera, se transformó con el tiempo en el amor más cálido, sincero y lleno de vida que podríamos haber imaginado, ese que da sentido a cada capítulo de nuestra historia. 🧊❤️💍